sábado, 6 de agosto de 2011

Fantasía

Autor: Rubén

Como me prometiste, llevas esa faldita corta. Aun no sé si llevas ropa interior, o solo lo comentaste en un momento de calentura, pero no tardaré en averiguarlo.
Me voy acercando a ti, no quiero perder tiempo en desnudarte, tengo ansias de tocarte, de sentir tu piel.
Estoy a 2 centímetros de ti, respiro el aroma de tu piel y no puedo dejar de mirar tus ojos. Me tienes hipnotizado. No sé si es tu mirada o el olor de las feromonas que desprende tu cuerpo.
Me acerco a tu mejilla, y empiezo a darte suaves besos, hacia el lóbulo de tu oreja, bajando por el cuello.
Buf!!! Tengo mí… ya sabes, a reventar, pero quiero seguir saboreándote, no quiero lanzarme ya, aunque me muero de ganas, no quiero que sea como un polvo rápido en los baños de un bar.
Poso una de mis manos en tu pecho, mientras sigo comiéndote el cuello y la oreja.
Necesito sentir el roce de tu cuerpo, y acerco mi hinchado paquete a tu entrepierna empapada, notando tu humedad traspasar mis vaqueros y mi ropa interior. Comienzo a moverme un poco, para quitarme el mono de ti, mientras bajo mis labios a tus pechos, comiéndomelos como si me fuera la vida en ello y tus labios vaginales se abren levemente acoplándose a mi paquete.
Me retiro un poco del roce de tu vagina, para dejar paso a mi mano, la cual introduzco para embadurnarla de tus flujos, los cuales llevo pegados a mi pantalón.
Me la llevo a la boca, para saborear tu delicioso néctar, y la vuelvo a bajar para introducirte 2 dedos bien adentro, mientras fuera, el pulgar lo poso encima de tu clítoris hinchado ejerciendo presión en el.
Estas tan lubricada que han entrado sin problemas, noto que te convulsionas, y no dejo de mirarte a los ojos.
Mis dedos se abren y se cierran dentro de ti, dilatando tu cueva, dejando escapar tus flujos, que ya chorrean por tus piernas, mientras mi pulgar empieza a presionar en círculos.
Voy bajando mis labios hacia tu coño, recorriendo tus pechos, parando en tu ombligo, y mordisqueando tu monte de Venus, dejando que el calor de mi respiración agitada baje a tu hinchado clítoris.
No aguantas más y me pides que te coma el coño, estas desbocada de placer.
Sin sacar los dedos ni dejar de moverlos, empiezo a lamerlo, a saborear tus fluidos directamente de la entrada de tu coño. Mi pulgar estira la piel de tus labios mayores, dejando tu indefenso clítoris a la merced de mis lametones.
Te estás corriendo, lo noto en mis dedos que dentro de ti, notan cada una de las contracciones del interior de vagina, mientras tú, para no perder el equilibrio, me sujetas la cabeza, como punto de apoyo.
Ya terminaste, te miro a tu cara sin dejar saborear tu orgasmo, ha sido corto pero intenso, pero no ha sido suficiente para mí.
Me incorporo, y posando mis labios en los tuyo, comparto tu sabor, y delicadamente, te ayudo a tumbarte en la fresca hierba que nos rodea.
Vuelvo a dejar caer mi boca por tu piel, jugando mi lengua en tus pechos, bajando hacia el ombligo, y volviendo a tu coño que vuelve a destilar flujo como si fuera un pequeño manantial.
Recojo todo el flujo que puedo, con la boca, lo mezclo con mi saliva y dejo que escurra hacia tu ano, viendo como palpita y se contrae en cada lametón que recibe tu clítoris, y vuelvo a introducir esta vez tres dedos en tu interior.
Necesito masturbarme pero no puedo ni quiero dejar de saborear tu coño caliente, así que con la mano libre me desabrocho el pantalón, y cojo mi polla para empezar a pajearme lentamente.
Necesito lubricante, mi polla me lo pide, así que saco la mano empapada en tu flujo, y lo extiendo a lo largo de mi polla. Vuelvo a cogerla con la otra mano, y mientras me masturbo sigo chupando tu clítoris y voy dando lametones a tu ano, que sigue con contracciones, dejando entrar levemente el flujo que escurre de un poco más arriba.
Notas como empieza a subir el principio de un nuevo orgasmo, en el momento en que quito la mano de tu coño, y bajando empiezo a acariciar la entrada lubricada de tu ano.
Dios tengo la polla a reventar y tengo que dejar de tocarme para no correrme.
Introduzco un dedo en tu culo, dos, y noto que te empiezas a correr en mi cara, y mientras recojo todo el flujo de tu abúndate corrida con mi lengua y mi boca, consigo introducir el tercero en tu culo, haciéndote gritar de placer.
Intento dejar de lamer tu deliciosa vagina, pero sujetas mi cabeza con tus manos y me pides que no pare, así que sin dejar de lamerte, muevo los dedos en el interior de tu esfínter, apretando los anillos de su interior.
Caray, llevas más de un minuto corriéndote en mi boca y tu orgasmo no cesa, con lo que decido seguir así, con mis dos dedos en tu culo, mi boca en tu coño, notando la presión de tus manos, introduciendo mi lengua todo lo que da de si en el interior de tu coño, casi asfixiado ya que mi nariz no deja que presionarte el clítoris.
Noto que a mí, me falta poco para correrme, aun habiendo dejado de tocarme, y sacando mis dedos de tu interior las subo a tus pechos, para pellizcarte suavemente los pezones sin dejar de mover mi lengua en tu coño
Noto como si te mearas en mi cara, es una sensación deliciosa, este es el orgasmo que quería que tuvieras
Me encante verte correr, pasas de tener una mirada de niña dulce, a convertirte en una fiera lujuriosa, sedienta de sexo. Estoy a punto de correrme, solo mirándote y así te lo hago saber.
Decides darte la vuelta, mientras no puedo dejar mirarte, tu misma te abres el culo y me miras, como dándome tu aprobación.
Estoy tan ensimismado mirándote que no reacciono. Estiras tu mano para cogerme la polla y tú misma te la clavas, apuntas la cabeza en tu ojal, la alojas en tu interior y empujas para que entre hasta el final, de un golpe.
Tienes el culo empapado de los fluidos y mi saliva que había introducido un momento antes, con lo que solo se escuchan nuestros gemidos y el chapoteo en tu interior.
Te sujeto los pechos, agarrando con mis dedos los pezones para mantener el equilibrio, y nos movemos al unísono, como si lleváramos años follando.
Noto subir la leche, y te lo digo, no aguanto más.
Sin previo aviso das la vuelta, haciéndome salir bruscamente de tu culo, oímos el chops del vacío que ha hecho en tu interior, y mientras te pones de rodillas, me pajeas y lames mi polla, mientras con tu otra mano me acaricias los huevos y rozas sin entrar en mi culo. Es una sensación nueva y placentera para mí. Tan placentera que en un instante estoy soltando mi leche, la cual cae por toda tu cara, tu ojos, tu boca.
Con los dedos la recoges y te la llevas a la boca, y la esparces por tus pechos.
Con curiosidad, bajo a tus pechos mi cabeza y pruebo mi propio sabor, que no sé porqué, pero me excita de sobre manera, y mi polla sigue dura, no como antes, pero en disposición de penetrarte.
Te tumbo en el suelo y pasando tus piernas por encima de mí, las subo hasta mis hombros, y te penetro la vagina mientras estimulo el clítoris con una mano, e introduzco la otra mano, que he dejado manchada de mi leche en tu boca.
Empujo todo lo que puedo y noto que mi polla vuelve a estar incluso más dura que antes.
La saco de tu cueva, y te la introduzco en el culo sin dejar tu clítoris desatendido por mis dedos.
Alterno tu culo y tu coño, no sabría cual me da mas placer, ni cual está más dilatado.
Noto como contraes tu coño en el momento en que te estoy enculando, y empiezo a bombear más fuerte en tu culo, sin dejar de parar, e introduzco dos dedos en tu coño mientras sigues corriéndote. Es una sensación estupenda notar los dedos de tu coño en mi polla que está en tu culo.
Tus piernas en mi hombro no han dejado de moverse ni un segundo, y tu gemidos se han convertido en gritos.
Doy mi ultimo empujón y me vacio dentro de tus intestinos. La corrida no es tan intensa como la primera, pero la sensación de calidez y presión de los anillos de tu esfínter son únicos.
No me he dado cuenta de que te he dejado los pechos rojos, al estrujarlos mientras me corría en tu interior, pero no dices nada al respecto, así que los acaricio con las manos abiertas suavemente, y noto de nuevo tu flujo caer de tu coño en mi polla que aun no la he sacado del culo.
Decido bajar una de las manos y golpeo suavemente el clítoris, acabando de posar mi mano para abrirte la vagina empezando un movimiento nervioso de lado a lado.
Quiero que te corras antes de que mi polla se ponga flácida, y creo que lo estoy consiguiendo.
Gimes una vez mas mientras mi mano empieza a bajar la velocidad y noto que las contracciones de tu culo están empujando mi polla medio flácida hacia fuera hasta que sale del todo.
Mi rabo se queda entre los cachetes de tu culo, empapado por mi semen que sale de tu interior y los flujos que rezuma tu coño.
Subo mi cara a la tuya, te doy beso suave, mezclando nuestras salivas y nuestro sudor.
Agotado me tumbo en la fría hierba, cogiendo aire, mientras tú tan agradecida como yo por el polvo que acabamos de echar los dos, te tumbas encima mío, dejándome sentir la calidez de tus pechos en el mío, y escurriendo tus fluidos con los míos encima de mí.
Espero que disfrutes leyendo, tanto como yo escribiendo esta fantasía.

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